Por Juan Tomás Valenzuela
Y ya apareció «La Soga»,
aquel sicario maldito,
el que aún no está es Quirinito,
que estuvo preso por droga,
y una corte demagoga,
diciendo que se había muerto,
certificó que su cuerpo
fue a un sepulcro clandestino
y resulta que el cretino,
está en España encubierto.
El teniente de los Santos,
que era apodado «La Soga»,
ahora mismo lo interroga
el raso Espiritusanto.
Dizque lo andaban buscando
de Monte Cristi hasta Itabo,
y hasta un perro escandinavo
fue integrado a la pesquiza,
mientras él, muerto e’la risa,
privando en bueno en Gurabo.
Este caso es manejado
con absoluto hermetismo
y esperemos que el cinismo,
(que es un recurso de estado)
no esté armando un entramado
para burlar el castigo
a este singular amigo
del poder y la milicia,
ya que el término justicia
está muy prostituido.
A la Soga lo buscaban
por matar dos jovencitos,
pero esto es solo un delito
de tantos que le adornaban.
Al tipo lo contrataban
pa’trabajos de limpieza,
porque la «delicadeza»
conque ultimaba a la gente,
le había ganado clientes
entre toda la realeza.
Pero lo que más me extraña
es que estando en el Cibao,
salga Fadul desbocao,
diciendo que era en España.
Ahí es que Monchy lo daña,
desviando las atenciones.
Porque en las declaraciones
de este viejo cabezón,
se evidencia la intención
de proteger los hampones.
2 noviembre 2017